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Monteviejo presento la nueva añada de su vino ícono, La Violeta

Desde la cosecha del año 2007, Monteviejo y su equipo enológico dieron inicio a un sueño que hoy, 17 años después, se erige como uno de los emblemas más prestigiosos de la vitivinicultura argentina: La Violeta.

En este 2024, la familia, ahora encabezada por Elise Treiber, la tercera generación al frente, reafirma su compromiso con este vino icónico. Sin embargo, no lo hacen sin poner su foco hacia el futuro, actualizando sutilmente su imagen para reflejar la calidad de este icónico vino.

La nueva etiqueta de La Violeta es mucho más que un cambio estético. Busca, ante todo, transmitir el trabajo minucioso y dedicado de todas las personas que intervienen en su elaboración. Cada detalle, cada figura en color dorado, cuenta una historia de pasión y excelencia. Conserva, por supuesto, rasgos tradicionales como la emblemática «M», presente en todas las líneas de la bodega, y la tipografía que la vincula con su par francés, Château La Violette.

El Origen: Elegancia y Tipicidad

Ubicados en la zona alta de Vista Flores, en el límite con Campo Los Andes, los viñedos de La Violeta son el corazón de su esencia. Tras años de cuidado y selección, se identificaron dos parcelas que destacan por su elegancia, tipicidad y expresión del terroir: los cuadros 5 y 9, donde se recolectan manualmente los racimos que darán vida a este elixir.

Características únicas como un suelo franco arenoso con depósitos calcáreos y un alto porcentaje de piedra, junto a labores culturales precisas, permiten obtener bajos rendimientos, ideales para esta categoría de vinos.

El Proceso: Artesanía y Tradición

La elaboración de La Violeta sigue los mismos métodos que se aplican en los Château de la familia Pere-Vergé en Burdeos. Cada racimo se desgrana manualmente y luego macera y fermenta en barricas de roble francés de 225 litros.

Posteriormente, se lleva a cabo un doble proceso de crianza: 24 a 36 meses en barricas y 7 a 8 años en botellas. Este cuidado proceso garantiza un resultado excepcional que perdura en el tiempo.

El Resultado: Elegancia y Longevidad

La Violeta se presenta en la copa con un color rojo violáceo, brillante e intenso. En nariz, despliega una complejidad única, con notas a frutas rojas como ciruela, delicadas flores de violeta y sutiles aromas especiados. En boca, muestra una excelente concentración, taninos redondos y sabores persistentes a fruta roja.

Gracias a su método de elaboración, La Violeta es un vino con un excelente potencial de guarda, cuya evolución puede trascender los 20 años, consolidándose como un verdadero tesoro enológico.

En cada botella de La Violeta se entrelazan historia, tradición y pasión. Un verdadero homenaje al arte de la vitivinicultura argentina que perdura en el tiempo, renovándose con cada cosecha para seguir deleitando paladares exigentes en todo el mundo.