Los dos componentes activos principales del cannabis producen efectos diferentes, pero interactúan de manera conjunta, balanceándose mutuamente.
El cannabis contiene más de 100 cannabinoides, pero hay dos que son los principales, y que tienen muy diversos efectos y situación jurídica. Se trata del THC (Tetrahidrocannabinol) y el CBD (Cannabidiol).
Cada uno produce algo diferente, y aporta tanto a la sensación que produce la marihuana como a sus aplicaciones terapéuticas. Conocer ambos compuestos permite elegir mejor la variedad a la hora de cultivar.
Lo que tienen en común: tanto el TCH como el CDB son cannabinoides, y actúan sobre el sistema endocannabinoide, que tienen todos los mamíferos, incluyendo al humano.
Estos causan efectos diferentes a los que se producen naturalmente en el cuerpo. Los principales receptores del sistema endocannabinoide son el CB-1 y el CB-2, que se encuentran en sistema nervioso central y el inmunológico.
El THC es el componente psicoactivo del cannabis, y se vincula con estos dos receptores en el cerebro humano. El CB-1 influencia el placer, el apetito, la memoria y la concentración, mientras que el CB-2 modera la sensación de dolor, y juega un rol en las homeostasis en ciertas partes del cuerpo, tales como el riñón y el hígado.
El CBD, por su parte, interactúa con receptores como el GPR55 o el 5-HT1A. No es psicoactivo, aunque trabaja de muchas formas con el THC para contribuir al efecto del cannabis. El CBD reduce la sensación de ansiedad que causa característicamente el THC, y tiene propiedades antipsicóticas.
Además, está asociado con el desvelo y la energía, por lo que también se complementa con el THC, aunque si se busca un efecto sedante lo mejor es que la proporción de CBD sea baja. En cuanto a la memoria, también reduce el deterioro causado por el THC, así que las variedades con bajo CBD son las que más te harán quedarte preguntándote dónde habrás dejado las llaves que en realidad tienes en la mano.
El CBD es también el componente más buscado en las variedades para uso medicinal. Tiene propiedades antiinflamatorias muy superiores a las del THC y sin los efectos psicotrópicos, por lo que es seguro para cualquier paciente.
Se utiliza mucho en aflicciones como la artritis y el reumatismo. El CBD también tiene efecto anticonvulsivo y reduce los espasmos musculares, y es por esto que se lo suele recetar para la epilepsia refractaria. Es también ansiolítico y antipsicótico, con estudios que avalan su uso para el tratamiento de la esquizofrenia.
Ambos cannabinoides juegan roles importantes y funcionan perfectamente en conjunto, regulándose mutuamente, aunque depende del efecto y uso deseado, se optarán por variedades más ricas en uno otro compuesto.