Quienes teletrabajan saben lo peligroso y tentador que puede ser la heladera de casa tan a mano. Sin embargo, existen pequeñas pautas que pueden ayudarte a conseguir que esta situación no repercuta en tu línea ni en tu salud.
Las largas semanas de confinamiento pusieron en evidencia lo previsible: verse obligado a pasar muchas horas en casa. Sin embargo, la pandemia del Covid parece lejos de estar bajo control. En lo laboral, muchas son las personas que se han visto obligadas a prolongar el tiempo de teletrabajo en casa. Lo que parecía ser cuestión de unos días ha superado más de medio año. De modo que, a las incomodidades propias de esta situación, se suman también las relativas a la alimentación. Y es que la tentación, sigue viviendo en la heladera.
La buena noticia es que teletrabajar no tiene por qué ser necesariamente sinónimo de aumento de peso, o de adquirir unas rutinas dietéticas insanas. A continuación, algunos tips que quizá te ayuden si toda esta situación te resulta familiar y no quieres que el hecho de trabajar en casa termine significando centímetros de más.
PLANIFICACIÓN: UNA PAUTA IMPRESCINDIBLE
Si tienes la costumbre de comer de táper en la oficina, sabrás de sobra lo importante que resulta planificar, aunque sea un mínimo, las comidas. Es la única manera de no terminar comiendo un sándwich de máquina u otras opciones de comida rápida y generalmente poco saludables. Pues bien; el papel de la planificación resulta exactamente igual de importante si teletrabajas. “Mañana no sé qué comeré, pero bueno, como estoy en casa ya me prepararé algo”. Un pensamiento tan fácil como equivocado. El motivo lo conoces: paras a comer, seguramente ya con hambre, no quieres dedicar mucho tiempo a cocinar y, como no has previsto nada, terminas optando por algún precocinado o pidiendo comida a domicilio.
ALGUNAS IDEAS PRÁCTICAS:
- Los guisos de carne o pescado en salsa son ideales para preparar con anticipación. Puedes cocinar de más y meter algún táper en la heladera y otros en el freezer (este tipo de platos aceptan bien la cogelación). Una opción perfecta para tener siempre a mano un plato rico, saludable y nutritivo.
- Los purés y cremas de verduras caseros son igualmente socorridos en este sentido: se pueden preparar fácilmente con anterioridad. Cocinalos en grandes cantidades y dividilos en varios tápers.
- Una idea muy práctica es tener siempre en la heladera huevos y patatas ya cocidas, perfectos para preparar una ensalada muy completa en un abrir y cerrar de ojos.
- También puedes tener arroz o pasta integrales, cocidos ya también en tápers, que servirán como base para infinidad de ensaladas rápidas.
- Otra magnífica opción como base son las legumbres y verduras en conserva (garbanzos, alubias, judías verdes, etc). Asegurate de que no faltan en tu despensa.
- Huevos, el comodín. Recuerda que, incluso sin planificar demasiado, existen opciones sanas y rapidísimas de preparar. Se tarda menos, por ejemplo, en hacer unos huevos revueltos que en calentar una lasaña ya precocinada. El problema es que muchas veces nos ‘autoengañamos’. ¿La mejor solución? Evitar tener este tipo de comidas procesadas en casa.
COMER SIEMPRE LEJOS DE LA PANTALLA
Es posible que en tu oficina tengas el hábito de parar a comer con tus compañeros, ya sea de táper, en un espacio habilitado dentro del propio edificio, o bien fuera en algún restaurante cercano. Sin embargo, cuando uno teletrabaja en casa, esas rutinas desaparecen, y es más fácil caer en la tención de comer algo rápido (y, probablemente insano) frente al ordenador. Esto es un gravísimo error. Incluso teniendo poco tiempo, resulta fundamental, dedicar a la comida un mínimo de 20 minutos y hacerlo en un espacio diferente de la casa, lejos de la pantalla del portátil. No sólo es bueno para la salud, sino también para el rendimiento laboral: si desconectas, aunque sea unos minutos, tu productividad después será mayor.
Por cierto, que aunque solo dediques esos 20 minutos, no significa que debas masticar rápido o con ‘ansiedad’. Solo conseguirás que los alimentos no te sienten bien. Ingiérelos despacio y haz pausas entre bocado y bocado.
Y, por último, recuerda que otro de los factores que hacen del teletrabajo un ‘factor de riesgo’ para la salud y la línea, es la menor falta de movilidad. El hecho de tener que salir de casa para ir a la oficina, nos pone en marcha. Mientras que trabajar en casa, incentiva más el ‘ya hoy no salgo a la calle’. Es importante vencer a la pereza y activarnos a hacer ejercicio. No sirve de mucho comer a base de platos saludables si el único movimiento que hacemos en todo el día es el camino de ida y vuelta de la habitación a la cocina.