Recientemente se han anunciado olas de calor en diversas partes del país. Algo cada vez más común en los últimos años.
La falta de conocimiento sobre cómo lidiar con el calor se hace excepcionalmente evidente en algunos de los días más calurosos, cuando vemos a personas paseando a sus perros a pleno sol.
Las patas de los perros son muy sensibles, y no siempre es bueno para ellos caminar por el pavimento tan caliente, pero ¿Cómo saber si el suelo está demasiado caliente?
El calor ambiental es muy engañoso. Si la temperatura exterior es de 25 grados el pavimento que ha estado al sol puede estar fácilmente a 50 grados. Cuando la temperatura llega a los 30 grados, la temperatura del asfalto al sol puede llegar a los 60 grados. Por ponerlo en perspectiva, el asfalto a 50 grados puede freír un huevo en 5 minutos.
La mejor manera de saber si el asfalto está demasiado caliente sin recurrir a un termómetro es posar la palma de la mano sobre él y esperar siete segundos. Si la temperatura del suelo es tan insoportable que tienes que retirar la mano antes es mejor que pospongas el paseo o busques un lugar fresco o con hierba.
Ten en cuenta también que la temperatura del suelo no es el único factor. Los perros no disipan el calor de forma tan eficiente como nosotros y el calor ambiental también les afecta.
Básicamente, a partir de 26 grados hay riesgos para la salud de tu perro si no le das suficiente agua y no lo refrescas de vez en cuando.
Ante la duda, lo mejor es salir a pasear a primera hora de la mañana y en la tarde cuando el sol ya se está poniendo, evitando las horas centrales del día.