Pasaron 16 años para que el equipo vuelva a la Premier League. La influencia de un Argentino en esa hazaña.
Marcelo Bielsa es un Entrenador admirado en todo el mundo. Es influencia y espejo para otros, y los jugadores que fueron dirigidos por él, lo describen como uno de los mejores, si no el mejor.
No es un técnico multiganador, para nada. De hecho perdió cuatro finales y se le escapó por puntos algunos títulos. En la Selección Argentina, dirigió 85 partidos y perdió 11. Claro, volvió en primera ronda del Mundial 2002, y eso aún le duele. El destrato continúa vigente hoy en día.
Vamos al hoy. El Loco arribó a Leeds United, Club que deambuló en el Ascenso inglés estos últimos años. En la temporada pasada, su fracaso fue perder la chance de Premier en las últimas fechas. Algo impensado. Claramente, fue un festín para el AntiBielsa.

Su equipo confía en él. Y hay numerosos ejemplos. El estilo ofensivo es algo clásico y repetitivo. Leeds no teme, busca, intenta. Es un dolor de cabeza para sus rivales. Bielsa le otorgó personalidad e identidad. Un perfil único y poco común. Con ello, el ascenso del equipo fue imparable.
A muchas personas les molesta que Bielsa sea admirado en un mundo donde el resultado manda. “No ganó nada” repiten con enojo. Mientras en Chile, Marsella, Bilbao, Lille y ahora Leeds, cuelgan banderas con su cara y sus frases. No parece que sea un Entrenador, si no un docente. ¿De fútbol? Sí, pero también de vida, y lo dicen los protagonistas.
El Bielsismo obsecuente le ha hecho daño. Y quizás, el “Anti” se enoja por ello. Marcelo se ha equivocado en decisiones, sí. Pero jamás renunció a sus convicciones. Trabajó, perseveró y ahora triunfó.
Revolucionó un Club que pasó casi dos décadas deambulando en categorías menores. A la primera se le escapó. ¿Irse por frustración? Para nada. Él confiaba en su equipo y ellos le justificaron su confianza. Es como dijo alguna vez: “Acepten la injusticia, traguen el veneno, que todo se equilibra al final“.