César Luis Menotti y Oscar Ruggeri reactivaron un duelo olvidado en el plano público. Y que genera más inconvenientes que soluciones.
Siempre en discusiones futboleras entre amigos aparece este tema. El Menottismo y el Bilardismo corrieron durante años como las dos ideologías más grandes que tiene el fútbol de este país.
Ésta semana se produjo un duelo inesperado y lamentablemente, público. César Menotti, Director de Selecciones Nacionales y Oscar Ruggeri, discípulo de Carlos Bilardo (enemigo número 1 del Flaco) se tiraron con munición de canal a canal, de manera simultánea.
La rivalidad mencionada nació en 1982, después del flojo Mundial de Argentina en España, Menotti dejó su cargo para ser reemplazado por Bilardo. Dos miradas distintas, no solo del fútbol, si no de la vida misma. El enfrentamiento fue inevitable.
El Narigón se consagró en 1986, después de eso, un sector del periodismo vernáculo hizo exaltación del triunfo “como sea” y alimentando su disputa con el Flaco Menotti de manera innecesaria.

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Pero este enfrentamiento mediático entre el frontal Cabezón Ruggeri y el Flaco Menotti no ayuda. Dejándose llevar por lo temperamental ambos eligieron chicanearse horas antes del partido de Argentina contra Venezuela. Cuando los jugadores necesitaban apoyo, y no oler el humo de un incendio de afuera.
Es cierto que el Ex Entrenador no está teniendo un trabajo rápido en AFA. Un proyecto lleva tiempo. Pero también es cierto que el ex marcador central tiene voz autorizada para cuestionar y opinar. Pero desde el respeto y no recurriendo a golpes bajos.
Ambos aman a la Selección y deben estar preocupados por los años de abandono y desorganización que sufrimos. Entonces, ¿Ninguno puede levantar el teléfono y ofrecerle un café al otro? Quizás entre los dos pueden seducir a un Entrenador de élite que seguramente se espanta al ver estos duelos. Y seguramente acabarían con un duelo poco colaborador.