El conjunto de La Ribera y el de Núñez se enfrentan en este artículo para saber, desde lo futbolístico, quién se desempeñó mejor.
El 9 de Diciembre de 2019 no fue un día cualquiera, River le ganó la Copa Libertadores a Boca en una histórica final disputada en Madrid y lo obligó a pensar en una reinvención.
Uno de los protagonistas de la reinvención Xeneize fue Gustavo Alfaro. El Entrenador arribó al Club con un objetivo principal: estimular la cabeza de los jugadores para que Boca vuelva a ser protagonista. Lechuga tuvo un muy buen primer semestre, ganó la Supercopa, clasificó a la Libertadores 2020, y llegó a la Final de la Copa Superliga, donde esa derrota con Tigre lo hizo marear.
No fue así el segundo semestre. Alfaro recibió una cachetada cuando Almagro eliminó a su equipo de la Copa Argentina y River lo venció con autoridad en la ida de la Semifinal de la Libertadores, aguantando en la vuelta y dejándolo también afuera de ese certamen. El Entrenador, desde lo estadístico, fue de lo mejor de los últimos años. En 50 partidos, ganó 27, empató 16 y perdió solo 7.

El “cómo” perdió los partidos lo llevaron a su salida. Es un técnico que jamás se caracterizó por hacer jugar bien a un equipo o hacerlo goleador. Pero Alfaro ganó. Su idiosincrasia ganó, su filosofía ganó. Dejó a Boca en lo alto y defensivamente muy bien. Pero no cumplió en algo importante: la potencia ofensiva que exige un Club de semejante magnitud. Y allí, perdió.
Y, mientras Boca se reinventaba, River seguía disfrutando su Proyecto futbolístico. Marcelo Gallardo volvió a ser el verdugo del Xeneize, ganó la Recopa y la Copa Argentina. Pero bebió un trago amargo en Lima, ante Flamengo.
Napoleón levantó la Recopa venciendo a Paranaense y la Copa Argentina haciendo lo mismo con Central Córdoba- No pudo darse todos los lujos y perdió la Final de la Copa Libertadores ante Flamengo, en una final atípica desde el desenlace del partido. River también está, en la Superliga local, a 3 puntos del puntero Argentinos Juniors.
La intensidad física del Millonario le jugó una mala pasada en algunos partidos. El relaje de sus jugadores cuando ganan es algo que deberán corregir. Pero River sigue siendo una máquina, y Borré se lleva los flashes por ser el goleador con 16 tantos y Nacho Fernández los elogios por haber sido determinante en el funcionamiento colectivo, (y también con 12 goles en su cuenta).

Si debo quedarme con un equipo, lo hago con River. Aunque creo que deberá cambiar y arreglar mucho de cara al próximo año. Boca, en tanto, deberá mantener lo bueno y lograr lo que no se pudo. Todo eso, desde un nuevo proceso de reinvención.