Volvió la Orejona y con ella, sorpresas, goleadas y merecimientos.
Antes de la llegada del coronavirus, la Champions League ya había comenzado su camino de fases eliminatorias. Ya se había jugado, por ejemplo, el duelo de ida entra Real Madrid y Manchester City, donde vencieron los ciudadanos por 2 a 1, y se preparaban para jugar en Inglaterra.
Cuando aparecieron los protocolos, diferentes ligas se fueron reanudando. Claramente, la Champions League era lo más esperado y así fue, volvió, pero a formato de partido único y sede neutral. Lisboa, Portugal, allí se jugaron todos los encuentros.
Para desenredad partidos, Leipzig dejó en el camino al Atlético Madrid de Cholo Simeone. El equipo fue veloz y eficaz. Tuvieron confianza en sí mismos, y eso les aportó un condimento especial. Lyon aprovechó la ventaja de la ida contra Juventus, y neutralizó al equipo Italiano. Lo empujó a que Cristiano sea su salvador, y ni así pudieron.

Fatídico lo de Barcelona, siendo aplastado con contundencia por Bayern Munich. Los bávaros desnudaron todas las falencias de los catalanes, y los llevaron a pensar en una hipotética renovación. ¿Con Messi? Eso no se sabe; Manchester City se encontró con Lyon y Pep se equivocó. Línea de tres y luego de cinco, sin referencia de área y delanteros aislados. Los franceses, lejos de esperar, se aprovechó y dejó en el camino a los de Guardiola.
Semifinales sin sorpresas. PSG hizo uno de los mejores partidos, jugó bien como equipo y aprovechando el talento supremo de sus delanteros despachó a Leipzig por 3 a 0. Mismo resultado para Bayern – Lyon. Aunque los dirigidos por Rudi García hicieron un digno partido, no fue suficiente contra el mejor equipo de Europa, como lo son los alemanes.
En definitiva, la Champions League dejó en claro algo. El fútbol es un misterio. Y eso lo hace atractivo. Se trata, entonces, de presentar planes a la hora de los partidos y ejecutarlos bien. No tiene que importar si un equipo nos cae mejor o peor. Tiene que ir más allá. ¿Mereció pasar? Si la respuesta es sí, ese conjunto hizo mejor las cosas. Sea cual fuere su estilo. Este deporte es una incógnita y cada Entrenador debe presentar respuestas ante otras. Bajo mi opinión, los cuatro mejores, tienen justificaciones verdaderas y ciertas por haber llegado esos lugares.