El equipo de Russo está cada vez más deslucido, y carece de velocidad e ingenio, algo que es muy peligroso.
Después de consagrarse campeón de la Copa Diego Maradona, Boca Juniors atraviesa el momento más turbulento desde el cambio dirigencial, hace poco más de un año. Ha jugado tres partidos. Empató dos y ganó uno. En ninguno de esos encuentros se destacó. Ni siquiera contra rivales que, en calidad, son inferiores.
El último partido por la “Liga” local, fue lo más notorio de la realidad que atraviesa el Xeneize. En su cancha, no pudo contra Sarmiento, un equipo recién ascendido. Es cierto que mostró buenos destellos. Por izquierda, durante mucho tiempo, los Colombianos (Fabra, Cardona y Villa) le aportaron calidad a los ataques. Con un grandísimo desequilibrio. Russo, de manera insólita, tocó y rompió lo que se estaba dando. Obando no ingresó bien y Villa, por derecha, casi nunca se destacó en Boca.
En ese momento, la evidencia de lo que es Boca salió más a la luz. No tiene una idea para asentarse e ir en búsqueda del partido. No existe un estilo definido, y si no tenés uno, no tenés nada. Es estático, no tiene movilidad y mucho menos creatividad. Pero hay un punto “a favor” del DT. No tiene futbolistas para ello. En este mercado de pases sólo llegó Marcos Rojo, que está lesionado. Es injusto caerle con todo a Miguel.

Otro punto favorable para destacar y sostener lo positivo que tiene Boca, es la dupla Campuzano – Capaldo. Cuando el Colombiano se queda estático, el ahora lateral derecho le ofrece salida y opción de pase con su desmarque. En tanto Nicolás sube a atacar, Jorman también es opción mostrándose cerca el área rival. Russo debe darles más minutos a ambos.
La dirigencia confió en Russo. Se nota porque su contrato fue renovado incluso antes del golpazo contra Santos, en Brasil. (0-3 en semifinales de la Copa Libertadores). Entonces deben ayudarlo y traerle futbolistas que sean acordes a la idea de juego de su Entrenador. Aquella que le robó la Superliga a un River encaminado al título y la que le remontó una serie a Racing en el máximo torneo continental.
¿Cuál es? Sin dudas lo contrario a lo que se ve hoy en día. Boca puede y debe ser más voraz, rápido e ingenioso. No puede permitirse ser lento y previsible. No porque lo diga yo, si no porque el fútbol actual demanda velocidad e ingenio para crear, superioridad numérica en el área rival o intercambios de posiciones. Mucho para mejorar y suplir uno de los peores errores que puede cometer un equipo.