Daniele De Rossi y Dani Alves, por citar a dos de peso pesado, militaron prácticamente toda su vida en Europa decidieron probar suerte acá. ¿Por qué?
Parecía imposible que un jugador profesional estando en Europa, gozando de esos lujos, podría “animarse” a jugar de este lado del mundo. Lo cierto es que pasó. En un abrir y cerrar de ojos, De Rossi, Dani Alves, Filipe Luis y Juanfran (por citar a algunos) ya estaban acá, en Sudamérica. ¿Por qué eligieron eso? ¿Esto contagiará a más?
Daniele De Rossi fue el que arribó a Boca. Tras toda una vida en la Roma, el Italiano llegó al Xeneize, otro club de sus amores. “Esta locura empezó con Diego” justificaba en su presentación, haciendo referencia a Maradona. Por personalidad encaja perfecto en el ADN azul y oro. Por su juego, aunque mucho no se hable, seguramente enriquece al equipo.
Si ponemos la lupa, técnicamente es un futbolista dinámico y amistoso con el ida y vuelta. Tiene un excelente primer pase y, tranquilamente, puede ser el eje de salida de Boca. Buen disparo de media distancia también. El sano dolor de cabeza que tendrá Gustavo Alfaro será donde ubicarlo. No se espera que desarme su doble cinco habitual. Daniele deberá adaptarse a Boca, y no Boca a él.

Dani Alves y Juanfran desembarcaron rápidamente a Brasil. El Sao Paulo contará con los servicios de los experimentados laterales. Filipe Luis estará en las filas del Flamengo, equipo que también coquetea con Mario Balotelli.
Y esto es por citar grande jugadores. Nuestro fútbol es seductor ante los ojos del mundo. La pasión de Sudamérica es, probablemente, única. Y eso no admite discusión. Las grandes estrellas no han venido por dinero sino por la curiosidad de saber como si vive y se juega el fútbol acá. Y eso nos enorgullece.

Con estos casos que estamos viviendo, el fútbol de Sudamérica podría contar con grandes estrellas en un futuro. Es cierto que hay mucho para mejorar. Pero hay algo que no: el corazón. Y eso es lo que sigue cautivando en el Viejo Continente.