El Estadio Nacional de Tokio fue el escenario de una celebración que, por primera vez en la historia, se realizó sin público a causa de las medidas de seguridad sanitaria provocadas por la pandemia.
Los regatistas Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli, ganadores de la presea dorada en Vela en Rio de Janeiro 2016, fueron los abanderados de la delegación argentina en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Uno de los momentos más emotivos para el deporte argentino fue el ingreso de la bandera olímpica llevada por seis atletas, entre ellos la yudoca Paula Belén Pareto, ganadora de la medalla dorada en Rio 2016 y la de bronce en Beijing 2008, en el que será su último Juego Olímpico compitiendo en la categoría de hasta 48 kilogramos.

El espectáculo comenzó con un hombre acurrucado en el centro del estadio antes de iniciar su marcha, en una metáfora del regreso a la vida.
También se proyectó en las pantallas gigantes un video de los atletas entrenando en gimnasios y en su casas, para remarcar las dificultades que padecieron para desarrollarse durante el confinamiento por la pandemia.
Tras el lanzamiento de fuegos artificiales, el emperador Nahurito y el alemán Thomas Bach, presidente del COI, se presentaron en el palco del estadio cuando ingresaba la bandera de Japón, que fue izada mientras se escuchaba el himno nacional nipón. Acto seguido, se realizó un minuto de silencio en homenaje a los fallecidos en todo el mundo a causa del coronavirus.
El comienzo del desfile mostró la emoción de los participantes de las 204 delegaciones, sin los atletas de Rusia (sancionada por casos de doping), Corea del Sur y Guinea (no fueron por temor a un contagio de sus atletas).
🇦🇷 ¡ARGENTINA! 🇦🇷
— Los Juegos Olímpicos (@juegosolimpicos) July 23, 2021
¡Se viene la banda!
Primer país hispanohablante en desfilar.
🚩 @SantiagoLangeOk y @carranzasaroli#JuegosOlímpicos #CeremoniaDeApertura#StrongerTogether #Tokyo2020 pic.twitter.com/p2Ai6u3CuS
Los atletas argentinos que fueron al acto (solo unos pocos son elegidos para concurrir), liderados por Lange-Carranza, sobresalieron al romper el formalismo de las anteriores naciones que pasaron caminado de ordenada manera, ya que los argentinos lo hicieron bailando un pogo y cantando “Argentina es un sentimiento, no puedo parar”.

El pebetero fue encendido por la joven tenista japonesa Naomi Osaka, ex número 1 del mundo.
La ceremonia tuvo una duración de tres horas y 50 minutos, y tuvo un poco de todo pese a que no contó con el calor y el colorido que todos estábamos esperando.

Con información de Télam