Artemisia Gentileschi fue una pintora romana nacida en 1.593 con marcada inclinación por pintar mujeres, incluida ella misma, quien fue condenada al silencio, ocultamiento y negación de autoría de sus obras por casi 400 años. Perteneciente a una familia de artistas, logró estudiar en una importante escuela de arte; su padre, Orazio Gentileschi, era un artista famoso y desde muy joven Artemisia concurría a su taller aprendiendo los fundamentos de la pintura. A los 17 años ya había pintado “Susana y los viejos ”; creando a partir de esta obra un estilo que caracterizaría todo su trabajo : el enfoque realista sobre el cuerpo femenino, el uso del claroscuro y una temática sobre heroínas fuertes y sufrientes provenientes de su inspiración en personajes mitológicos, bíblicos o en historias alegóricas. Un episodio traumático ocurrido a sus 18 años, le dio un giro a su vida y a su obra.
Agostino Tassi, un artista que concurría al taller del padre de Artemisia para colaborar con él en un trabajo, aprovechó un día en que la joven se encontraba sola y la violó. Artemisia le contó a su padre lo sucedido y éste presentó cargos, pero el juicio fue otra vejación para la joven que tuvo que relatar con lujo de detalles el hecho ante un tribunal compuesto por varones. Si bien Agostino Tassi fue hallado culpable y condenado por este delito, jamás cumplió la condena. Al sufrimiento que le provocó el brutal acto de Tassi, se sumaron la ira y necesidad de venganza por tanta humillación soportada durante el juicio. Tanto padecer para que todo terminara en impunidad e injusticia. Pero la reacción de Artemisia no demoró en llegar, la obra “Judith decapitando a Holofernes ”, fue su forma de venganza. Aunque esta pintura se basa en un relato del Antiguo Testamento en el que una mujer y su sirvienta decapitan a un hombre amenazante y libidinoso, se cree que ella plasmó en la obra su propia experiencia como víctima de agresión sexual. Años después, Artemisa volverá sobre la historia de Judith con la obra “Judith y su sirvienta ”, donde muestra a las mujeres colocando la cabeza del decapitado Holofernes en una bolsa. En esta pintura la artista ya maneja magníficamente los colores vivos y el claroscuro aportando gran dramatismo a la escena, y destaca su habilidad barroca que será característica de su obra.
Judith decapitando a Holofernes Judith y su sirvienta
Su interés por los efectos del acoso sexual y la violación, se vuelven a ver en “ Lucrecia”; obra inspirada en la famosa romana de la Antigua Roma ( Siglo VI a.C ), perteneciente a la nobleza, que decidió quitarse la vida después de haber sido violada. Lucrecia ha sido un personaje inspirador para muchos artistas a través de los tiempos y es muy probable que Artemisia se haya identificado con ella dada la similitud de la situación vivida por ambas. Sobre esta violación famosa de la historia, nos dice la Profesora e investigadora Mary Beard en su SPQR: Una historia de la antigua Roma :
“ … Sexto Tarquinio concibió una pasión fatal por Lucrecia, y poco tiempo después cabalgó de noche hasta su casa. Tras ser de nuevo atendido cortésmente, entró en su habitación y exigió tener sexo con ella a punta de cuchillo. Cuando vio que la simple amenaza de muerte no la afectaba, Tarquinio explotó su miedo al deshonor : amenazó con matarla a ella y a un esclavo para que pareciese que había sido descubierta en el más ignominioso acto de adulterio. Lucrecia accedió, pero cuando Tarquinio hubo regresado a Ardea, ella mandó llamar a su marido y a su padre, les contó lo sucedido y se suicidó. La historia de Lucrecia se convirtió desde entonces en una imagen de extraordinaria fuerza en la cultura moral romana. Para muchos romanos, aquello representaba un momento decisivo de la virtud femenina. ”
La necesidad de Artemisia por pintar mujeres sufrientes pero a la vez fuertes y transformadoras de realidades, la llevó en 1.630 a completar una de sus más famosas obras en la que el personaje es ella misma; como si el sufrimiento hubiese dado paso a la plenitud de su arte. Se trata de “ Autorretrato como alegoría de la pintura ”, aquí se muestra a si misma en el momento de pintar dirigiendo su pincel hacia el lienzo aún virgen, abriendo los brazos como quien va a dar un abrazo y sosteniendo el pincel en la mano derecha y la paleta en la izquierda. Algunos han visto en esta obra, una suerte de síntesis o paradigma.
Casada con el pintor Stiattesi, se mudó a Florencia donde gozó de gran reconocimiento entre los miembros de la nobleza. Formó parte de la Academia de Arte del Diseño y se destacó en el área artística florentina, algo impensado para una mujer de esa época. Separada de su marido en 1.621, regresó a Roma. Primera mujer pintora de la historia, en sus trabajos podemos apreciar el don narrativo y el enfoque feminista, potente y dramático que le dio a los temas clásicos. Esta romana representante del caravaggismo, siguió trabajando en distintas ciudades de Italia hasta afincarse definitivamente en Nápoles, donde murió en 1.653 o 1.654. En cualquier caso, fue a una edad avanzada para esos tiempos. Tenía más de 60 años y dejó una treintena de obras maravillosas, algunas de las cuales se encuentran en museos o en colecciones privadas y están valuadas en cifras millonarias.
Artemisa Gentileschi fue una de las más grandes artistas italianas del Barroco, con un estilo centrado en el claroscuro caravaggista. La oscuridad con que cubrieron su trabajo durante tantos años no podía existir sin la luz, por eso su nombre y su obra se iluminan hoy, después de casi cuatro siglos, demostrando que no estaba equivocada al proyectarse como personificación femenina de la pintura; tal como lo expresó al completar esa magnífica síntesis en “ Autorretrato como alegoría de la pintura ”.
Hasta los próximos relatos…condensados
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