Fijate en las fotos antiguas, las que eran en blanco y negro a partir de la mitad del siglo XIX, ¿qué le pasaba a la gente de esa época para que la mayoría salgan tan serios sin apenas sonreír? Existe una razón, y no tiene nada que ver con la imposibilidad de borrar la fotografía si no te gustaba.
Lo cierto es que no todos salen tan serios, pero la gran mayoría no sonríen, ni siquiera parecen intentarlo. ¿La razón? La solución la explican los chicos de Smithsonian a través de su cuestionario semanal:
Las exposiciones de los primeros días de la fotografía comercial solo duraban de 5 a 15 segundos. La verdadera razón es que, a mediados del siglo XIX, la fotografía era tan cara y poco común que la gente sabía que esta fotografía podría ser la única que tuvieran. En lugar de mostrar una sonrisa, a menudo optaron por verse pensativos y serios, un remanente de las convenciones más formales del retrato pintado, explica Ann Shumard, curadora de fotografías de la National Portrait Gallery.
Así que esa es la respuesta. Según la propia Shumard, no fue hasta que el fundador de Eastman-Kodak, George Eastman, con la invención de la cámara portátil para el mercado masivo en 1888, que las instantáneas informales con personas sonriendo se hicieron comunes.
Vía smithsonian.