
La primera semana de Agosto en la Argentina se inicia como una oda a la naturaleza, podemos observar entonces, como las raíces de este país que bajo mi perspectiva es un mosaico cultural, se mantienen vigentes en el pensamiento colectivo y fuertemente unidas a los valores naturales.
Comenzamos el 1 de agosto con el Día de la Pachamama, un día donde los pueblos indígenas de Latinoamérica le rinden homenaje a la Madre Tierra, piden disculpas por los desastres causados a través de las generaciones de la historia humana y agradecen por las bondades que aun en estos tiempos tan duros la naturaleza sigue teniendo con sus habitantes.

Continuamos con un 4 de agosto, Día del Naturalista en honor al nacimiento de Guillermo Hudson, naturalista, ornitólogo y escritor argentino que inmortalizó la naturaleza del país a nivel internacional.
A pocos días del presente mes, me encuentro reflexionando acerca de la importancia de nuestros recursos naturales, y también de cómo estas fechas de origen nacional hablan profundamente de los valores de esta sociedad. Pienso en diversidad, porque concibo a la naturaleza como una galería de arte a cielo abierto, donde los matices, formas y colores no tienen fin, una galería cuyas obras nunca se parecen entre sí.

Pienso en las montañas, el océano, los pastizales, la selva, los ríos, las aves, los mamíferos, los reptiles, la infinita riqueza que habita en la argentina, y al mismo tiempo siento pesar por los daños que últimamente la atañen.
Argentina, un país donde el pasto se convierte en un mar que toca el horizonte para no tener fin, el Ñandú es una constelación y el ceibo es una aguerrida princesa cuya hermosa voz toca las almas humanas en lo más profundo de su concepción. Y entonces me surgen las preguntas ¿Cómo digerir las efemérides? ¿Qué aprendemos de ellas?

Las efemérides son creadas para rememorar eventos importantes, esos que, de alguna manera, modelan nuestra sociedad, los medios de comunicación diariamente nos tiran en la cara diversas efemérides, el día de los ríos vivos, día de la tierra, día del aire, día del animal, etc. y nosotros, por supuesto, que amamos formar parte de aquello que consideramos bueno tratamos de sumarnos a través de un like, o de la difusión en redes sociales, sin embargo, conviene plantearse: Más allá de compartir la información ¿Que más estamos haciendo?
Esta reflexión, no la escribo buscando puntualizar a nadie, porque creo que todos hemos estado en esta situación; querer formar parte de cambios positivos y no saber por dónde comenzar, desear un futuro mejor para la tierra y para nosotros, querer seguir maravillándonos con un dorado atardecer, o con una selva vestida en neblina.

En medio de una realidad donde el reloj marca una marcha regresiva para nuestros ecosistemas, informarse es el primer paso en una serie de grandes pasos, tomar decisiones por pequeñas que sean comienzan a generar un cambio imparable…”Hoy separaré mi basura, o andaré en bici” cosas que podrían parecer irrelevantes, logran grandes avances, cambios que comienzan dentro de nosotros mismos, desconfiguran nuestra mente y nos renuevan dentro de una conciencia amplia y despierta acerca del entorno que habitamos, ya no percibimos a la ciudad como esa cosa monstruosa y ruidosa vestida de concreto, sino como un hábitat, que respira, vive y siente tal como nosotros, un hábitat urbano, claro está, pero a fin de cuentas un espacio vivo que a su vez alberga diferentes formas de vida, comenzamos a escuchar a las aves de nuestro jardín, terraza o balcón y las descubrimos como visitantes recurrentes, como personajes cotidianos tal cual el vecino que vive al lado, pensamos en viajar y nuestra mente vuela hacia el sin fin de posibilidades que ofrecen los increíbles parajes naturales de la Argentina.

Entonces vuelvo a las preguntas de arriba ¿Por qué las efemérides? ¿Qué hay más allá del like en redes sociales?
Las efemérides están para educarnos, nos hablan de un contexto histórico, de nuestra evolución como sociedad, y más allá de los queridos likes en redes sociales estamos nosotros: Personas que respiran, que sienten, que sueñan. ¿Qué hacer con las efemérides? Creo que cada persona tiene su manera de sumarse a cambios importantes, aprender, cultivarse, ser abierto a nuevos paradigmas son grandes (y a veces difíciles) pasos a cambios maravillosos que se proyectan interior y exteriormente.
Agosto, un mes que comenzó conectado a la naturaleza y que te invita a tomarte un momento y apreciar aquello que consideras cotidiano pero que un día podría ya no estar…el mate herencia de los pueblos originarios, el aire que respiramos que cada día padece más las consecuencias de un consumismo irresponsable, la luz del sol que no sabemos cuándo se extinguirá, o ese zorzalito que canta para vos cada mañana pero que recién descubriste ayer.
Ser consciente de que aquello que conforma nuestra cotidianidad proviene de la madre tierra, nos da una perspectiva amplia de la vida, y de nuestro vivir, mejora el día, nos da ganas de ser mejores, de ser abiertos, de compartir, así como yo hoy comparto con vos desde mi casa estas reflexiones que no me quería guardar, ¡Feliz Agosto!.