Hace un año deje el Paraguay, y volví a mi país Argentina a empezar una nueva vida, sin embargo en aquella maleta que recorrió tantos kilómetros conmigo, siento que me traje un pedacito de Paraguay. Nunca pude escribir nada al respecto de mí despedida y siento que tal vez no pude agradecer por completo a todas las personas que hicieron de aquellos 18 años los más geniales de mi vida.
La gloriosa Universidad Nacional de Asunción.
Me traje estos dos libros conmigo, que significan el sacrificio y el esfuerzo de los cursillos de ingreso para la facultad, horas y horas de leer y re leer para rendir los exámenes finales, porque allá no es gratis la educación y la única institución pública accesible es esta Universidad, en la cual tampoco hay cupos para todos, por ende entraban solamente los 650 que lograban los mayores puntajes.
Ir a la Universidad era algo que había soñado desde pequeña, quería ser arqueóloga por mi fascinación por los dinosaurios, unos años más tarde me enloquecí por la arquitectura y allá por el año 2006 mi papá me hizo pisar tierra y ver la cruda realidad. Las necesidades económicas me obligaban a estudiar una carrera más económica y con rápida salida laboral, así que Contabilidad estaba ahí esperándome, y luego de un largo año de estudio y con siete exámenes aprobados ingrese a la facultad en el puesto 400.
Sabíamos que el ingreso era difícil, pero nadie nos contó lo complicado que seria terminar la carrera; resumiendo mi historia, de los cinco años que llevaba convertirme en contadora, tarde once y aun así no lo logre, pasaron cosas en el camino. Entre esas cosas mi idea de querer seguir otra carrera y en el año 2014 me fui en busca de mi otro amor la Psicología y como siguieron pasando cosas tampoco lo logre. ¿Qué me quedo de estas dos facultades totalmente opuestas? Amigos, ex compañeros que me bancaron en cada etapa que decidía volver, en diferentes años, épocas, generaciones; compartíamos el mismo deseo, el anhelado titulo. Me traje conmigo dos libros y junto con ellos miles de risas de los recreos, tererés compartidos, intensas charlas, esas empanadas con pancito de la cantina de la entrada de la facu y un millón de recuerdos más de los cuales solo me queda decir, gracias por haber estado ahí en mi época de universitaria.
El Tradicional Tereré
Tuve que deshacerme de muchas cosas para mudarme, pero era inadmisible que deje mi termo de Tereré, no por ser una fanática del mismo, porque siendo sincera desde que llegue no tome ni una sola vez. No sé si es porque no siento los 40 grados de calor intenso que sentía allá y por ende esa necesidad de refrescarme constantemente o simplemente porque no encuentro quien lo haga con el mismo sabor. Lo cierto es que creo que lo que verdaderamente representa el Tereré es el sentido de compartir ese habito con tus amigos, compañeros, y hasta desconocidos, no recuerdo haber tomado un tereré en silencio, no importa con quien sea, siempre venia con alguna charla de yapa y eso lo hacía más ameno.
Las incontables tazas de café en la oficina y en el casino
Mi vida laboral en Paraguay se dividía en dos mundos; día (oficina) y noche (casino) y en ambos lugares tenía acceso al café negro, fuerte, dulce y lo más importante gratis. Y creo que cualquier cosa puedo contar en esta vida menos la cantidad de tazas de café que me tome en diez años de trabajar en los dos lugares. Esta taza me recuerda a cada mañana media zombi y a cada noche de desvelo, pero sobre todo me lleva de nuevo a mi escritorio en la oficina, donde me sentía segura, respaldada, tranquila, rodeada de personas que me enseñaron infinidad de cosas, desde cómo controlar mil planillas a como ser definitivamente mejor persona. Pude haber sido impuntual desde mi primer día hasta el último, pero siempre fui respetuosa, amable, buena compañera, responsable y comprometida con mi trabajo y eso lo fui construyendo día tras día con la ayuda de mis compañeros, a los cuales les tengo un profundo cariño y aprecio a todos y cada uno de ellos que fueron pasando por la ofi con el transcurso de los años.Sin embargo hubo tres compañeros con los cuales comparti de principio a fin mi estadia por la oficina, por eso voy a dar las Gracias Infinitas a ellos, que me acompañaron de diferente manera con su apoyo profesional, económico y por sobre todo emocional escuchando mis penas en los momentos difíciles desde aquel julio del 2012 hasta el triste junio del 2019 que decidí partir. Eternamente Agradecida con ustedes Liz, Fran, y Aldo.
Las divertidas, duras e interminables noches de Póquer
Definición de una mano de póquer en la cual fuí la crupier
Uff cuanto puedo contar de este trabajo inesperado que llego a mi vida, de no saber absolutamente nada del tema ni como agarrar una ficha, pase a ser la más rápida repartiendo cartas, calculando pozos mentalmente, aguantando largas horas de trabajo en mesa y pasando a ser luego con el paso de los años, el cansancio acumulado y algún tiempo que me ausente para ser mama (otro trabajo para el cual no estaba nada preparada) a mi vuelta fui perdiendo un poco la práctica, en los últimos tiempos ya no era la misma crupier despierta y veloz del principio, pero al igual que mi otro trabajo, siempre cumplí con cada uno de los casinos en donde trabaje y siempre era emocionante, una mezcla de sentimientos sentarme, dirigir el juego, mantener la concentración, palpitar en cada jugada quien iba a ganar, sorprenderme de las cartas que se abrían y del destino desafortunado de los jugadores, ignorar el enojo de los perdedores y no confiarme de los halagos de los ganadores, pues en ese mundo nadie tenía garantizado absolutamente nada, hoy ganabas mañana perdías pero la adrenalina siempre estaba ahí.
Mis Agradecimientos:
Al Sr. Antonio, por darme la oportunidad y comenzar en aquel enero de 2009 la academia de crupieres.
Al Sr. Rafael, por siempre abrirme las puertas y confiar en mi trabajo durante diez años.
A mi Adorada Neshy, por siempre tenerme en cuenta, por ser jefa, compañera, amiga y estar siempre presente en mi vida para apoyarme.
A mis compañeros, eternos luchadores y sacrificados por esta profesión que nos unió siempre en diferentes ciudades, torneos, en cuanto casino haya y póquer room se abriera siempre volvíamos a encontrarnos de vuelta, ahí estábamos firmes con nuevas ilusiones y sumando anécdotas a nuestras trasnochadas.
Y por último a los jugadores, gracias por cada puteada que me hizo más fuerte y por cada propina que nos quitaba una sonrisa, gracias por mantener vivo el póquer, al fin y al cabo sin ustedes no se armaba la mesa, sin mesa no había juego, y sin juego nosotros no teníamos ese apreciado puesto de trabajo.
Comidas típicas y familia unida un solo sentimiento
Es indescriptible el sabor de estas cuatro comidas típicas, vayan a Paraguay y prueben estas delicias, porque acá en Argentina probé y jamás de los jamases va a ser igual que comerlas allá. Yo lo resumo de esta manera:
Chipa guazú: Era lo que más me gustaba cocinar, y mi preferida para toda la vida.
Mbeyú: significa para mi automáticamente junio, mes de la fiesta tradicional de San Juan.
Chipa: si o si un poquito de viento fuerte y fresquito, era para la bienvenida oficial a la chipa con mate cocido.
Sopa Paraguaya: Infaltable en toda reunión familiar.
Para mi estas comidas me recuerdan a mi familia, me encantaba ir a la ciudad de Ita y verme con mis primos que no veía casi nunca pero que me recibían siempre con un fuerte abrazo, una sonrisa y deleitarme con todo lo que allá se hacia para comer con esos sabores caseros y inolvidables.
¿Qué les puedo contar de la familia paraguaya? En general no sabría decirles, pero les puedo contar sobre la familia que a mí me toco conocer, y la que me recibió sabiendo muy poco de mi y que aun con los años no terminan por conocerme. Reconozco que fui una prima y sobrina ausente, no compartí fiestas ni eventos importantes, siempre permanecí aislada para todo, y lastimosamente siempre presente para los momentos más tristes y dolorosos para la familia; sin embargo esta no fue razón alguna para que ellos no estén ahí firmes por cada situación difícil que me toco vivir también a mí, por lo cual siempre les estaré agradecida, por haberme demostrado que aun siendo la prima lejana, ellos igual se unieron para ayudarme, apoyarme y demostrarme que familia es familia, y que ante las dificultades siempre uno de ellos o todos juntos estarían ahí para darme una mano o muchos abrazos fuertes. Nunca tuve la oportunidad de decirle directamente cuanto admiro a muchos de ellos, que son ejemplos a seguir, de lucha constante por alcanzar sus metas, grandes profesionales y emprendedores y que siempre tratan de mantener los valores de la familia con el correr del tiempo.
Músicas que en su época no significaban nada y ahora lo son todo
Esta música me recuerda a mi último año de colegio, a mis ex compañeros con los cuales seguimos en contacto a pesar de los años y a una época muy especial difícil de resumir en unas pocas líneas con la cual tengo más que sentimientos encontrados.
Con esta música me transporto directamente a Capiatá, la ciudad donde vivía; la línea 27 o como la llamábamos ´´aerolíneas 27´´ese colectivo me dejaba en Ruta 2 y de ahí unas cuantas cuadras hasta llegar al barrio, las calles de empedrado (justo cuando me vine ya se había asfaltado casi todo, re mala suerte la mía jaja) los días de visita del novio que en muchas ocasiones se respeta todavía, las ganas de progresar estudiando y trabajando de muchos vecinos con los cuales no compartía más que algunas charlas en la espera de otro colectivo muy conocido, el famoso 29 Kokuere, el anhelado primer auto que todos en el barrio lo necesitábamos y las esperanzas de que todo va a estar mejor siempre.
Y con esta canción quiero recordar a todos mis ex amores paraguayos, que se ganaron mi corazón, que aun en la distancia, a pesar de los años y de haber terminado la relación seguimos en contacto, me siguen demostrando su cariño y me regalan una maravillosa amistad. Gracias por tanto amor y aprendizaje juntos.
Lo mejor para el final
Quise hacer un breve resumen de 18 años, y esto es lo que salió, espero que alguien logre leer hasta aquí, porque el recuerdo más preciado que me pude traer de allá es alguien que me va a acompañar por el resto de mi vida, mi hijo Joaquín, a quien espero poder llevar algún día a su país, para que quede tan maravillado como quedo esta Argentina paraguayizada.